El enojo al parecer es una de las emociones que aunque originalmente en el hombre tenga una función de supervivencia, en ocasiones es vista como destructiva y algunas acciones en consecuencia, lo son. Algunos padres enseñan a sus hijos que es malo enojarse, otros no saben establecer limites en ellos y les permiten hacer tremendas pataletas.
Las acciones que se derivan del enojo son las que hacen la diferencia, mientras una persona puede reaccionar de manera violenta, otros utilizan ese fuego interno como el motor para construir y crear.
Si se ve al enojo como energía interna, lo que se realice con esa energía dependerá de nuestra capacidad de avanzar, transformar y utilizar esa energía para nuestro bienestar.
No digo que sea algo fácil y en ocasiones es doloroso, pero creo que vale la pena ir explorando y conocerlo, ser honesto en la causa del enojo, aceptarlo y así avanzar, en lugar de vivir conteniendo el fuego interno que lo que hace es apagar la vitalidad hasta la depresión.
Si vemos al enojo como una oportunidad creativa, cada situación en torno a la emoción sería un momento de contactarnos con nuestra fuerza interna, conocer qué es lo que en realidad nos interesa y seríamos generadores de opciones alternativas, fluyendo con la vida.
Has la prueba, ¿Qué te enoja y donde está la oportunidad creativa?
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