Todos tenemos conflictos y situaciones pendientes a resolver en nuestra vida. En ocasiones actuamos de una forma para intentar resolver estos eventos, sin entender claramente nuestra participación e influencia en ellos, el conflicto de fondo lo postergamos y aunque aparentemente se resuelva de momento o se establezca un nuevo orden, seguramente regresará.
Quizá regrese, y con más elementos lo podamos entender mejor, puede presentarse de forma en que sea un reto constante y forzosamente abordarlo.
No es hasta que tenemos una disposición verdadera de conocer la raíz de nuestros asuntos pendientes y cómo es que éstos nos afectan, que tenemos más posibilidad de liberarlos.
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