La gente con buena memoria se apega a las tradiciones, para recordar las cosas generalmente se requiere de repetir, repetir frases, imágenes, recuerdos, lo malo es que para innovar en ocasiones hay que romper con la tradición, olvidarse por momentos de las cosas, situación que atormentaría al buen tradicionalista. Este a su vez puede juzgar al innovador de arriesgado y desorganizado.

La mala memoria requiere de estructura para no extraviarse y en ocasiones ve al tradicional como predecible y rígido.
La improvisación creo es territorio del amnésico y con algo de memoria puede crear cosas maravillosas. Y con mucha memoria estaría simplemente recreando y no se atrevería a salirse de lo conocido.

La persona tradicional no puede creer que se crean cosas sin que exista una repetición o planeación previa, por eso cualquier indicio de preparación en el otro, la usara para justificar su propia manera de operar, como si quisiera convencerse de que está bien ser así.

No creo que sea mejor un lado o el otro, tienen sus ventajas ambos, pero si creo que para avanzar en la vida se requiere de soltar algunas cosas del pasado, pero también de tener estructura para crear con algún sentido y dirección.

¡Platiquemos!

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Carlos Franco Fitzmaurice

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